Rayos, relámpagos y truenos
estallan en mi cerebro,
producidos desde adentro
remolinos de pensamientos,
son la causa de este tormento.
Me encienden sin prender fuego,
me agitan sin moverme un dedo,
siembran el caos mientras yo
me consumo y pierdo el tiempo.
Me refugio en la entretela de mi pecho,
refuerzo la cueva con falsos recuerdos
y se disuelven con la lluvia de mis razonamientos.
Pasa el dia, y el temporal amaina.
La luna en la noche a la tempestad espanta.
... y al dia, o a la semana, o con los años al fin reviento.