miércoles, 25 de julio de 2018

Dos maneras de asesinar una velada

Estamos unos amigos tomando algo en la terraza de un bar. Se nos hace tarde, la gente viene y va, y nosotros somos una constante. La cerveza vuela, salvo para mi, que tengo que medicarme, aunque me lo paso igual de bien que ellos: hablando, riendo, en compañía.

De esto que uno de los que vienen y se van todavía no se habían ido, y se mosquea porque se piensa que estamos riéndonos de su novia, llamándola Squirter porque esta embarazada o yo que se, mientras que hablábamos de la practica sexual del squirting, que consiste en la eyaculación femenina. Uno de mis amigos intenta razonar con él, le pide perdón. El otro no escucha, como la mayoría de la gente, pero este busca pelea.

En mi imaginación yo también le contesto. El otro se pone gallito, y sale a defendernos otro de mis amigos, somos un grupo mas o menos grande. Así que la cosa se calienta y nos levantamos unos cuantos del grupo y los dos de los otros. La cosa se pone tensa. Este personaje saca una navaja. Yo agarro un botellín. La cosa se complica y al final un vaso cae en la cabeza de una de mis amigas que estaba alejándose de la pelea, un botellín roto en la cabeza del personaje en cuestión y la novia embarazada por los suelos inconsciente. Gritos, vecinos asomados por los balcones: unos quejandose, otros solo mirando, llamadas a la policía, todos nosotros huyendo, una velada hecha jirones.

Lo que ha pasado es que mi amigo ha seguido intentando razonar, y este personaje ha seguido buscando pelea. Todos los demás nos hemos callado, y al final mi amigo ha cedido. A mi se me han revuelto las tripas por callarme, y un día después siguen retorciéndose como si tuviera un alien dentro. Seguramente esté estreñido unos días. Nos ha jodido la velada, pero por lo menos nadie ha salido gravemente herido.

miércoles, 18 de julio de 2018

en la oscuridad

Cuando me quiero dar cuenta estoy de pie en la oscuridad. Estaba enmimismado, pensando en lo que me había dicho Juan esta tarde. Lo primero que pensé era que estaba en el pasillo en mi casa, en mitad de la noche llegando al baño. Pero tras unos diez pasos no lo encontraba, ni las paredes del pasillo, ni ninguna otra estancia, ni mueble, solo el frío y llano suelo con los pies descalzos. No puedo decir si tenia algo mas de ropa, simplemente no sentía ni frío ni calor. Mire donde mire está oscuro.

Los siguientes pasos fueron torpes, como si desaprendiera a andar, hasta que caí, sintiendo esta vez con todo el cuerpo el suelo frío y liso. Conseguí sentarme con las piernas cruzadas para pensar en lo que me estaba pasando. Debería de ser una alucinación, un sueño lúcido, parálisis del sueño o algo que no quería pensar. Pasaron horas, no sabría decir cuantas, y seguía en la absoluta oscuridad. Me pareció escuchar a alguien, unos pasos, de persona o de animal. Una presencia respirando, o algo, a lo lejos, así que pedí ayuda a gritos. Nada de eso, como si gritara en mitad del campo. No se todavía si estoy dentro o fuera de algún lugar. El caso es que la presencia se seguía escuchando como si ella a mí no me escuchara, así que me levanté y fui en su dirección, con un hola amistoso. La presencia no paraba de moverse. Yo aún estaba acostumbrándome a andar sin ver nada. La presencia parecía que sí sabia donde estaba yo, porque mantenía siempre las mismas distancias. Empecé a andar tan rápidamente como podía, y aún así la presencia mantenía la misma distancia, mas o menos, siempre un poco mas rápida que yo, como si se estuviera burlando de mí. No puedo estimar el tiempo que he pasado persiguiendo a la presencia. Ahora mismo la sigo escuchando, no se si es real o que me he vuelto loco.

Por otro lado, sobre todo al principio, tras las persecuciones debí desplomarme y quedar inconsciente en el suelo, todo esto sin darme cuenta, ya que de repente me despertaba, como siempre en la oscuridad sin saber como había llegado al suelo. Pero lo que mas me asustó es escuchar los susurros de la presencia al lado, echar la mano para notar qué es lo que había, y no notar nada. Ya no se ni cuanto hace que me pasó ese primer encuentro, pero ahora la presencia y yo nos comunicamos a través del silencio, roto por algún que otro susurro que se le escapa de vez en cuando. Aunque cada vez la noto menos. Me dió un tiempo por estar tumbado sin hacer nada, pero luego pensé que a lo mejor se puede salir de aquí, aún sin saber si estoy en un lugar externo o interno, me puse a andar. Ya cogí la costumbre de caminar sin mirar. No se si tengo los ojos abiertos o cerrados. No noto hambre o sed. No engordo ni adelgazo. No meo ni cago, no siento deseos sexuales. Apenas huelo mi propio olor corporal, pues no sudo. No me crece el pelo. No se si sigo vivo o he muerto, aunque he comprobado que pegar un puñetazo al frío suelo duele. Ese dolor se me pasa tras cada desvanecimiento, que es como si reiniciara mi cuerpo, si es que tengo cuerpo.

Ya noto cuando va a venirme un desvanecimiento, es una sensación de sueño, así que intento acostarme al suelo lo mas rápido posible, no vaya a ser que se me abra la cabeza. No recuerdo nada de mi vida anterior a esto salvo lo que ya he contado. Estoy hablando solo con la esperanza de que alguien pueda escucharme, una presencia, una persona, alguien que me pueda sacar de aquí. Ni siquiera puedo matarme. He probado con golpear la cabeza contra el suelo y lo mínimo que me da es un dolor muy intenso y ... que desaparece con un desvanecimiento.

jueves, 12 de julio de 2018

lo escribí pensando en tí

"¿... t-te te acuerdas de aquel poema que puse en el facebook? Lo escribí pensando en t-t-ti... Ahora no siento l-lo mismo que sentía cuando lo hice, pero sigo pensando a veces en ti... A... si... que creo que me has dejado marca, al menos, porque yo no se si sigo enamorado de ti. Lo que se es quequeque si no te digo esto reviento."


Repaso en mi cabeza una y otra vez. Una y otra vez. Tras meses sin pensar en ella. Con las hormonas alteradas por la primavera. Una y otra vez. Y luego la reprimo para hacerme creer en que la he olvidado. Una y otra vez. Hasta que algún día de verano se me pase con cualquier tontería. Después de engañarme con que "era lo mas sensato" o "abrá conocido ya  a alguien, seguro". Una y otra vez. Sin saber nada, lo cual gira el círculo negro que flota dentro de mi cabeza entre cuatro pareces grises. Una y otra vez.

jueves, 5 de julio de 2018

la casa

No quiero volver
a la casa de los gritos,
la del silencio,
la del cansancio,
la del castigo,
la de lo inmóvil,
la que no tiene tiempo,
la de las rejas,
la vieja,
la oscura,
en la que todo sale mal,
la de los pasillos infinitos,
la del gran hermano,
la del olvido,
la que no tiene huéspedes,
la estéril,
la prohibitiva,
la olvidada,
la fría,
la sorda,
la sórdida,
la morada que secreta miedo
por cada una de sus grietas,
una de tantas
en un pueblo fantasma.
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Licencia y demás chorradas

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