Entre muros invisibles
como siempre, me encuentro.
Hormigón y ladrillos
atrapan mi cuerpo.
como siempre, me encuentro.
Hormigón y ladrillos
atrapan mi cuerpo.
Mi apariencia: paredes
tan duras como el acero.
En mi mente estoy luchando,
no puedo romper el silencio.
Y quien derribe muros,
y vea mi verdadero aspecto,
le otorgo navaja para que desgarre,
raje y abra de arriba a abajo mi pecho,
sin echarse para atrás
porque yo sienta sufrimiento
o porque salpique sangre,
que en las venas apenas llevo.
Que rompa también costillas
para ver si tengo dentro,
un corazón lleno de heridas
zurcido con alcohol,
con recuerdos y con el tiempo.
Y para quien quiera
entretela deteriorada,
cavidad vacía de mis adentros,
que lo arranque, limpie de arena
y polvo de un aliento
y se lo lleve.
Así, saldré del hastío
que me impide el movimiento.
E iré en busca del corazón
de quien mi corazón
seguro que no merece.
no puedo romper el silencio.
Y quien derribe muros,
y vea mi verdadero aspecto,
le otorgo navaja para que desgarre,
raje y abra de arriba a abajo mi pecho,
sin echarse para atrás
porque yo sienta sufrimiento
o porque salpique sangre,
que en las venas apenas llevo.
Que rompa también costillas
para ver si tengo dentro,
un corazón lleno de heridas
zurcido con alcohol,
con recuerdos y con el tiempo.
Y para quien quiera
entretela deteriorada,
cavidad vacía de mis adentros,
que lo arranque, limpie de arena
y polvo de un aliento
y se lo lleve.
Así, saldré del hastío
que me impide el movimiento.
E iré en busca del corazón
de quien mi corazón
seguro que no merece.
Como normalmente no se me da bien ponerles titulo a las poesias a partir de ahora la mayoría se titularán con un número.
No hay comentarios:
Publicar un comentario